- Casi todas las sesiones con mi terapeuta comienzan de la misma manera:
- «I have something new to tell you.»
- Casi todas las sesiones con mi terapeuta terminan de la misma manera:
- «I think there’s something wrong with me.»
- Ella casi siempre me aconseja lo mismo:
- «Practice self-compassion.»
- Cada vez que hablo con ella decido quererme un poco más.
- Comprender mis desajustes.
- O, en palabras de Fernando Pessoa: «Soy la sombra de mí mismo, en busca de aquello que es sombra.»
- Me va bien hasta que decido contarlo.
- Me frustra el gesto cruel de la gente que más quiero.
- Yo, la dañada.
- Yo, la egoísta.
- Incapaz de sentir amor propio. Insatisfecha.
- Siempre viendo todo desde la distancia. No-toques-porque-no-te-pertenece.
- No-te-involucres-no-pienses-en-esto. No-pienses-en-esto.
- En el fondo no te quieres a ti misma. No-te-quieres-a-ti-misma.
- Y te lo repiten tantas, tantas veces:
- Tú, la dañada.
- Tú, la egoísta.
- En mi mente solo quiero ver el mundo a través de los prismas que ahora uso para tomar fotos.
- Buscar los colores perfectos de cada cosa que miro, refugiarme en esa luz.
- Pero ahora solo pienso en cuántas calorías estoy perdiendo al llorar.
Asuntos (XXXV) ~
- Escucho a Kings of Convenience decir:
- «There’s a little bit of you in everyone.»
- Escucho a Wild Nothing decir:
- «You’ve been so many different kinds of people in my mind.»
- Le digo a mi terapeuta:
- «I think I try to find a little bit of him in every person that I talk to.»
- A veces pienso que sin el silencio no podría escribir.
- Pero no hablo de cualquier silencio.
- Hablo de eso que queda cuando nos alejamos de algo que nos gusta.
- O eso que queda cuando se alejan de mí.
- Hablo sobre todas las fotos que nos toca interpretar en la distancia.
- Sobre todas las veces que camino pensando que debo devolverme.
- «Fill in the blank», otras de mis expresiones favoritas del inglés.
- Hablo sobre el tiempo que pierdo esperando.
- Sobre todas las veces que espero que los movimientos sean ajenos.
- Sobre todas las cosas que quiero tener sin que sea mi culpa.
- Leo a Miyó Vestrini cuando dice:
- «No es muy largo lo que debo decirte:/ tiemblo cuando hablo de ello.// Poca cosa,/ en verdad.»
- Un poema que es también mi biografía.
- Tiemblo siempre ante todo lo que no alcanzo.
- Ya vivo acostumbrada.
- Un silencio que es también una condena:
- Ver cómo se deslizan por mis dedos todos mis afectos.
Asuntos (XXXIV) ~
- El sábado despedimos a Elisa.
- Tomamos fotos de colores y escuchamos el himno de los Hawkeyes.
- Del verano recordaré también los atardeceres en el porche de Inés.
- Esperar a que caiga la noche sabiendo que estamos por despedirnos.
- Ver a los conejos que sin miedo cruzan la calle.
- Tocar el borde de la escalera y ver el porche desde adentro.
- Pensar en la gente que estuvo allí antes que nosotros.
- Pensarme siempre en tránsito.
- El sábado despedimos a Elisa.
- Su botella azul se quedó conmigo.
- Entrega necesaria.
- Un pedazo de cielo para fotografiar.
- Me gusta la paz que irradian mis amigos.
- Me gustó capturar el abrazo de Austin a Elisa y el de Gabriel y el de Nico y el de Cynthia y el de Hillary y el de Allana y el de Alejandro y el de Javier y el de Inés.
- Las fotos de esta despedida fueron de colores.
- De Elisa heredé también un aceite de coco, cuadernos con su nombre, globos.
- El cariño intacto.
- En el aeropuerto prometimos no llorar y quisimos congelarnos en un gesto.
- De regreso a la ciudad nos topamos con un venado.
- Detuvimos el carro y lo observamos desde la otra calle.
- Se quedó allí, quieto, y nos miró de vuelta con atención.
- Quieto, de madrugada y del otro lado de la calle.
- Queriendo consolar nuestra tristeza.
Asuntos (XXXIII) ~
- En el fondo quiero ser una mujer que fuma cigarros de madrugada en las escaleras del edificio.
- En el fondo quiero escribir diarios de la misma forma que Anaïs Nin los escribió.
- En el fondo quiero ser una mujer que fuma cigarros y escribe.
- En el fondo quiero ceder a todos mis impulsos.
- En el fondo quiero saber calmar mi ansiedad.
- En el fondo quiero aprender a estar sola.
- En el fondo quiero aprender a estar sola y fumar cigarros de madrugada en las escaleras del edificio.
- En el fondo quiero ser una mujer que escucha canciones que no le hacen sentir nada.
- En el fondo no quiero sentir nada ante las canciones que me hacen sentir algo.
- En el fondo quiero recuperar esas canciones.
- En el fondo quiero ser una mujer que fuma cigarros en las escaleras del edificio mientras escucha canciones que no le hacen sentir nada.
- En el fondo quiero verme a través de ti.
- En el fondo quiero seguir hablando de todos los tatuajes que nos haremos mientras nos observamos en la distancia.
- En el fondo solo quiero seguir observando.
- En el fondo quiero seguir viéndome a través de ti.
- En el fondo quiero ser una mujer que vuelve a los sitios en donde puede hablar.
- En el fondo quiero que me escuchen.
- En el fondo no quiero que me importes.
- En el fondo quiero ser una mujer deteniéndose en la calle para tomarle una foto a los semáforos en rojo.
- En el fondo quiero ser una mujer que echa las cenizas del cigarro sobre la grama.
- En el fondo quiero aprender a respirar mientras veo que la grama se quema.
- En el fondo quiero ser una mujer que fuma cigarros de madrugada en las escaleras del edificio mientras escucha canciones que no le hacen sentir nada y aprende a respirar.
- En el fondo solo quiero ser como las mujeres que respetas.
Asuntos (XXXII) ~
- Mañana cumplo 29 años.
- No exagero cuando digo que me sorprende haber llegado a esta edad, aunque la gente diga que todavía soy joven.
- Hace tiempo encontré una carta que mi abuelo escribió para mi primer cumpleaños.
- Es lo único que conservo de él, además de un par de fotos.
- En la carta me dice que aunque no puede estar conmigo esa vez, me acompañará por los próximos 25 años.
- Supongo que es el tiempo que él pensó que estaría vivo.
- Mi abuelo murió en 1999, un mes antes de que yo cumpliera 9 años.
- Tenías que haber vivido hasta el 2016, abuelo.
- Desde que leí su carta estuve obsesionada con la idea de que entonces era yo quien iba a morir a los 25 años.
- En realidad siempre he estado obsesionada con la idea de mi muerte.
- Por diversas razones.
- Ya tengo 29 años, abuelo, y mantenerme viva se me ha hecho difícil.
- Hoy no te quiero mentir.
- Quisiera poder decirte que soy feliz.
- Pero hoy no te voy a mentir.
- Si algún propósito tengo para este nuevo año de vida, es existir de la forma más transparente que pueda.
- De la forma más honesta que pueda.
- Quiero pensar que estarías orgulloso de la persona en la que me convertí.
- Quiero tratar de quererme siempre, aunque a veces no me quiera. Ser también compasiva conmigo y con la idea de que esto es y será siempre así.
- Tratar, en general.
- Tratar.
- El año pasado estuve ocho meses en terapia antes de poder hablar sobre mi abuelo.
- Y ya no puedo cumplir años sin pensar en esta carta.
Asuntos (XXXI) ~
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En la luna llena de abril dormí con un cuarzo bajo la almohada.
-
Sus propiedades son diversas, pero la principal es que ayuda a fomentar el amor propio.
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Creo que funcionó.
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Crecí pensando que mi presencia molestaba en todos los espacios que ocupaba.
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Durante mi adolescencia, alguien se encargó de hacerme sentir así todos los días.
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Mis espacios eran prestados.
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Mi lugar familiar era prestado.
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Y sentía que debía disculparme por cada uno de mis gestos.
-
Crecí pensando que si me moría todos esos problemas se podían acabar.
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Llené cuadernos enteros explicando lo mucho que me odiaba.
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Y le tengo miedo al abandono.
-
A veces me miro en el espejo y me pido perdón.
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Es una especie de ritual para comprenderme.
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Para no ser tan dura conmigo misma.
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Para entender que no debo exigirle a nadie que me ame como soy.
-
Que no puedo exigirle a nadie que se quede.
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Pero sí puedo pedírmelo a mí.
-
Tengo 28 años y solo ahora fui capaz de entenderlo.
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El proceso de recuperación ha sido largo.
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Ha costado terapia.
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Amigos justos e indicados.
-
Amores justos e indicados.
-
Y una piedra de cuarzo debajo de la almohada.
Asuntos (XXX) ~

- Si vuelvo al 2011, vuelvo también a todos los hombres que me gustaron en secreto.
- A ese compañero de clases que nunca me invitó a salir.
- A M. en su puesto de trabajo, sonriendo con picardía cada vez que yo iba a sacar copias.
- Al poeta que siempre usaba camisas blancas y jeans.
- Al chico del bar con el que ahora descubro que tengo una foto.
- Al amigo italiano del amigo que sí gustaba de mí.
- Al estudiante de literatura de los ojos grandes y azules.
- Mi problema es la sustitución.
- Haber estado pendiente de alguien que me hizo daño.
- Desde el principio.
- Mi problema es que nunca dije nada.
- Inepta para las acciones.
- Siempre.
- Dócil para la imaginación.
- Problema particular con el desbordamiento.
- O, como sugiere alguien, el error de ponerle horarios al impulso.
- Inmóvil y domesticada.
- Como esperando que el temblor venga de otro sitio.
- De otro lugar ajeno a mi cuerpo.
- Un ejemplo patético de lo que significa la quietud.
- O como en la película A Bigger Splash (2015): «My trouble is that I fall in love with every pretty thing.»
- Mi problema es que todo en mí parece quedar como un espacio para lo irrealizable.
- Como si todas estas personas solo hubiesen existido para terminar aquí, en esta lista que los nombra.
Postales del 2011 ~
Cuaderno de Barcelona – 2018 ~
Asuntos (XXIX) ~

-
Decir o no decir.
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Ese siempre es mi dilema.
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Admito que a veces lo resuelvo preguntándole al tarot.
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Luego el dilema es no saber si decirlo todo o no.
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No saber que tanto debo contenerme.
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Admito que anhelo el desbordamiento.
-
Por eso me identifico con aquellas escritoras que lo dijeron todo.
-
Marina Tsevietáieva, Lou-Andreas Salomé.
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Alejandra Pizarnik y Susan Sontag, a su manera.
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Mi problema es pensar en las consecuencias.
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Pensar que algunas personas son como venados.
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Venados que se asustan y salen corriendo ante cualquier gesto.
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¿Sabrán ellos anticipar la ternura u olfatearán siempre una amenaza?
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Querer decir te extraño y no poder.
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No saber qué es lo que se extraña.
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Contenerme.
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Querer entregarle mi confianza al verano.
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Leer a Gelindo Casasola cuando dice: «Luego del verano nos abatimos sobre la vida/ sin deseo»
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No querer pensar en lo que viene después.
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Sobrepensar y no decir.
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No decir nunca nada.
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Terminar así, en silencio.
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Siempre.