Lolita a través de una canción
Tenía 12 años cuando escuché esta canción por primera vez, es decir, en el 2002. La entendía perfectamente y me apropié de ella: se trataba del enamoramiento entre una alumna y su profesor. Lo cierto es que no había leído Lolita y sólo entendía de esta situación a través de esta canción. Veía el video todas las tardes y la escuchaba siempre antes de ir a dormir.
Tenía un crush con un profesor de mi colegio, al igual que la mitad de las alumnas. En un colegio de puras mujeres, era normal sentir cierto tipo de admiración por el profesor más joven, sobre todo cuando era nuestra única referencia masculina: un 90% de la nómina de docentes estaba compuesta por mujeres.
El idilio era compartido entre varias. Las de bachillerato incluso se atrevían a insinuarse de formas más directas. Él no les hacía caso. En cambio, nosotras, las de 12 años, sólo sentíamos un pequeño escalofrío al entrar a clases con él. Recuerdo esto desde los ojos de la inocencia, desde los oídos que saben que algo como esto sólo ocurriría a través de una canción. Allí estaba Sting contándonos en un video cómo podía suceder algo que en realidad no queríamos pero que nos interesaba, nos movía la curiosidad y, de alguna forma, nos invitaba a explorar por primera vez asuntos que en el momento no podíamos explicar.
Pensé en este asunto durante mucho tiempo y, a medida que crecíamos, muchas hablábamos de nuestro primer crush. Algunas negaban haber manifestado algo al respecto, otras simplemente se quedaban calladas. Sustituimos la inocencia por la imposibilidad y dejamos de contar esta historia. En mi caso, mi memoria se activa cada vez que suena esta canción.
Nuestro profesor se fue del colegio tiempo después y en su lugar empezó a dar clases una profesora. Por ella ya no valía la pena escuchar a The Police todas las tardes.