Civilización de úlceras ~

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Venezuela es una mujer tosca. Así, de trancazos. Mujer de siete maridos y un«tequiero». Mujer de trabajo de todos los días con poco dinero en la cartera. Mujer de mar infinito que termina en montaña. Mujer que baja cuatro cerros para agarrar tres autobuses que la llevan a dos puestos de trabajo.

Venezuela ladra cuando sueña, esconde cuando mira, mira con miedo cuando sale. Lleva la columna vertebral quebrada de tanto golpe de escoba y piso, de tanto nudillo gastado. Estómago roído de tanta empanada y tanta arepa y mayonesa. [Civilización de úlceras]. País de cabello largo con keratina y uñas de acrigel.

Venezuela es una mujer que suda cuando intenta, que sufre de hiperdrosis y llora y grita por culpa de sus trastornos ciclotímicos. Mujer que grita, que reclama, que lanza pataletas y le reclaman que reclame. Mujer herida a los cuatro vientos. Mujer de cinco muchachitos y un «teodio». Mujer de pranes y de montañas. De carrito por puesto y puesto de perrocaliente en cada esquina. Parrilla seca. Birra seca. Semana Santa en llamas con carnaval encendido. Cuerpo quemado de tanto sol. Nalgas quemadas de tanta arena. De hilo dental con medio pezón tapado.

Venezuela de mujer sin miedo de andar en mototaxi. Mujer de vientre usurpado a los 13 con hijo de 30 a los 43. Mujer de ciclos menstruales alterados y ovulación irregular. Mujer que esconde pistolas y le prepara el pabellón a un marido que no llega a la casa. Mujer que todavía cree, que todavía sueña y sigue intentando mientras prepara el desayuno a las tres de la mañana.

¿Qué pasó, Venezuela de [entre tus playas quedó mi niñez tendida al viento y al sol]? ¿Qué pasó, patria descorazonada con prótesis artificial? Porque ya no estamos para comer cachapa, sazonar chigüires, ni tatuarnos banderas. Ya no estamos para celebrar la vida con mondongo de playa ni para descuartizar gallinas que no celebran religiones. Ya no estamos para cantar el himno con la médula espinal y sonreír mientras rompemos la piñata.

Porque la piñata somos todos

                                                   y poco a poco nos vamos rompiendo.

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